Me senté con vista al jardín, desde mi ventanal, al abrirlas de par en par, me inundo una suave brisa, fresca, con el delicado perfume de las flores.
En mi arbusto, como si fuese una fiesta, los gorriones, los celestinos, cardenales, que tupi, canarios, cantaban ante la presencia de la luz, que hacia su presencia en el follaje de los árboles.
Ellos sienten el fluir de la vida, siente la vida misma, ellos tan solo viven, gozan, cantan, donan, agradecen.
Todavía no recuerdo en mí, esta actitud de vivir, de gozar, de cantar, donar y agradecer.
Pensar que la vida esta ahí, primero pensaba que esta en mi jardín, en la naturaleza misma, pero que raro, yo sintiéndome fuera de la naturaleza, como si fuese un ser superior que tan solo contempla o mira la naturaleza como si esta es un fenómeno.
Tengo una coneja de mascota, las llamamos NEJA, nunca se queja, cuando no le dejo el alimento de noche y esta tiene hambre, a las siete de la mañana va al dormitorio y con sus patas traseras patea la puerta logrando despertarme, abro la puerta y ella corre hasta el tarro de alimento, saco y le doy de comer.
Miro a la NEJA y veo las cosas que hace para hacerse entender y me maravillo. Creo que somos muy soberbios al pensar, que somos los únicos seres inteligentes.
Ahí esta la vida, presente e invisible, simple, creo que nosotros los hombres la complicamos cotidianamente. La vida omnipresente, para vivirla.
Si, la actitud de agradecimiento siempre la tenemos con alguien que nos dispensa generosamente un bien, ¿pero la vida?
Cerré los ojos, como quien se relaja, unos minutos respirando lentamente, sentí la brisa dulce con el aroma de las flores, me quede gozando con esa respiración. Sin darme cuenta, me sentía dentro de mi mismo, sintiendo el latido del corazón, el movimiento de mis pulmones y podía sentir con exactitud el funcionamiento de mis órganos, esto era maravilloso, senti el movimiento. Todo tenia movimiento y la naturaleza misma, mi arbusto, los pájaros, las flores, había algo que nos unía, he ahí la vida, simple, sencilla. Todos unidos en ese hilo de energía que mueve mi cuerpo.
Si la vida, el ser, la energía, como tu la quieras llamar, esta en mi, me traspasa y se extiende al infinito.
Esta presente, inconmensurable, es una melodía en la que todo el cosmos se mueve. Es armonía, paz, expresión, donación, ella traspasa pero se queda.
No es el dios de los católicos, ni de los judíos, ni mahometanos, no, no es dios, es tan solo eternamente divinidad, una simple sencilla, es vida.
No tengo que regirme según su ley, no me obliga a hacer algo especial para gozar de su presencia, no tengo que buscarla afuera, ni mirar al cielo para encontrarlo. No es escurridiza, no es el privilegio de unos pocos, siempre esta ahí, ante toda clase de personas y seres vivos.
Lo esencia es invisible a los ojos, la vida esta, cuando no estamos pre-ocupados, nuestro ser se abre para vivirla.
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